sábado, 26 de junio de 2010

La decisión

Cuando en ese bosque blanco y de cristal, sólo quedaba una criatura sedienta de almas y yo, parecía que me convertía en el único blanco fácil, en ese momento supe lo que siente un indefenso ciervo cuando el depredador mayor asecha, mis defensas eran nulas , mi libro mágico yace en el fondo de un arroyo quizás la corriente lo llevó río abajo, podía usar magia , pero no recordaba los hechizos, siempre dependía del libro , no me molestaba en memorizarlos, era irónica la situación en la que me encontraba tenia magia y no podía usarla , pensaba en la posibles escapatorias de ese problema, el suicidio sería un acto de cobardía, y … ¿enfrentar a la bestia? … una mala idea estando desarmado, estuve pensando unos minutos , y de pronto se me ocurrió algo, fue como un milagro que alguien tan alejado de la magia recordara semejante hechizo, solo tenía esa opción y me aterraba la idea de que esa era la única salida, la daga que tenía Magenta en el corazón , era una excelente herramienta mágica para matar a la maldita Quimera, con esa idea en mente subí hasta la cima de aquel árbol y con dolor de ver la cara de la joven Magenta destrozada removí cuidadosamente la daga del corazón, aquella daga era pesada , hecha de oro y plata pura, decidido a vengar a mis amigos , usé uno de los pocos hechizos que me sabía, el hechizo usaba la energía de mi cuerpo como círculo de metamorfosis que le daba luz a los minerales y elementos que se encuentren a pocos metros de mí
_ Espíritus del aire la arena y el mar reúnanse para al ángel liberar, al viento esta rima ofrendo protector o guía blanco te convoco en este momento.
Cuando los árboles llenos de luz empezaron a florecer, fue como darle sangre a un tiburón, pude sentir el crujir de dientes del demonio, se aproximada como un rayo entre los árboles destrozando todo lo que hallaba en su camino, preparé la daga, la clave en el suelo e inmediato me arrodillé, … el silencio era increíble, de pronto apareció una niebla alrededor de mí, era tan densa que si una piedra era arrojada hacia ella no tocaría el suelo…, sentí el frío aliento que en mi cuello soplaba y el hedor a sangre que de su boca brotaba, para que el hechizo que había planeado funcionara tenía que sacrificarme, de esta forma tomé la daga, el temor que la criatura me producía era tan grande que apenas podía hablar , con un débil aliento murmure
_aunque tinieblas padezco
En esta vida mortal
Porque si de luz carezco
Aun tengo vida celestial,
Por más ciego que me encuentre
Sin luz y a oscuras viviré
Con mi sacrificio
A este demonio al infierno mandaré.
- Les confesaré algo, no sé en qué pensaba cuando me apuñalé con la helada daga, quizás si hubiese estado pensando no habría podido matarme a mí mismo, quizás era en mis amigos, en imaginar cuánto temor y dolor debió de haber sentido la pobre Magenta ante aquel maldito demonio -
Al separar la daga de mi corazón la sangre ya no era común, era de color azul, mi sangre era santa, con fuerza atravesé el corazón de la bestia, mi sangre era como un veneno que la destruía de adentro hacia afuera, de pronto de su garganta surgió un chillido que se convirtió en un crujir de dientes, era tan fuerte que podía sentir como la sangre corría por mis oídos…
La Quimera ardía mientras se convertía en cenizas, yo tenía aquella excitante sensación de satisfacción al ver la criatura sufrir, el fuego la consumía como esa cosa consumió el alma de mis amigos, ya podía sentir como la gran cantidad de sangre que había perdido se hacía notar, mis piernas se habían adormecido, caí desplomado al suelo, listo para recibir a la muerte con los brazos abiertos… me desangraba mientras buscaba en mi cabeza algún cargo de conciencia…era inútil, lo hecho está hecho, sólo pensaba en que mis amigos me esperan del otro lado …detrás de la luz …
_se peguntarán cómo ocurrió todo, es curioso, al principio mi vida era como la de ustedes…

martes, 22 de junio de 2010

Obvia señal de muerte

12:30 AM, Con la garganta seca y el corazón acelerado, el temor de lo desconocido me hostigaba, mis ojos contemplaban un paraíso oculto y húmedo tras la niebla densa del bosque oscuro de la madrugada, corría con pasos largos que cada vez se acortaban por el cansancio, tropezando con piedras, podía sentir que mis pies estaban casi ensangrentados con los golpes que recibían. El desespero que tenía por encontrar a mi amiga era enloquecedor, me decía una y otra vez a mí mismo:

<< ya no hay por qué preocuparse la bestia se ha ido, sólo eres tú y el bosque... piensa en Magenta está asustada... Búscala corre, corre >>

Con la débil voz que emergía de mi seca garganta trataba de gritar el colorido nombre de mi amiga

-Magenta, ¿Magenta dónde estás? Responde, por favor…

Seguía corriendo, esta vez con un ligero presentimiento que me hacía preguntarme a mí mismo,

<< ¿Estaré caminado en círculos?>>

-¡Sí estoy caminando en círculos!
-Por Dios esto no puede estar pasando.

Me di por vencido y caí en el suelo como una roca en el fondo del río…
Ya no sabía qué hacer.
Cuando de pronto desde el suelo miré la copa de aquellos inmóviles y como muertos árboles que no tenían ni una sola hoja, aquella fría estación se hacía sentir, con su aterrador y desierto color blanco…se podía ver aquel deslumbrante color rojo carmesí, era un riachuelo de sangre que corría a través de las ramas de aquel viejo árbol, se notaba que era el árbol más antiguo debido a su gran tamaño, de pronto aquel bosque dejo de parecer desierto, el temor me hacía pensar que había algo más asechando entre los restos de árboles caídos, la criatura aun estaba allí, me decidí a seguir con la mirada aquella línea de sangre, cuando llegué al origen de aquella obvia señal de muerte perdí el aliento , podía sentir el dolor que ardía en mi ser, era como si una estaca de hielo atravesara mi corazón, una lágrima se daba a conocer corriendo lentamente por mi rostro, en aquel árbol apenas se podía reconocer el cuerpo colgado de Magenta, tenía una daga clavada en el corazón, una daga que la mayoría de las veces se usa para robar energía de las personas o para la realización de sacrificios humanos. Conseguir a Magenta muerta me destruyó, ya no hallaba motivos para vivir, todos mis amigos habían muerto en esa maldita isla, las personas que me importaban se habían ido , mi vida no valdría nada si yo siguiese vivo después de todo esto, sentía como si parte de mi corazón hubiese sido arrancado, Magenta ya no estaba a mi lado , aquella sonrisa deslumbrante que yo amaba tanto dejaría de vivir en el mundo tridimensional y pasaría a ser sólo un recuerdo en mi cabeza, despertar y conseguirme con la sonrisa de tan bella chica me daba una razón de esforzarme para triunfar , sin ella ese motivo de vida se volvía borroso.

Prefacio

Es sorprendente como descubrir una verdad, una realidad oculta, un sueño que resulto ser real cambio la vida y el transcurso de la misma, como descubrir algo antiguo y nuevo a la vez puede cambiar el futuro de todos y cada uno de nosotros, habían pasado quince años desde mi nacimiento y no tenía la menor idea del poder que fluía en mi alma y en la de mis amigos, descubrirlo en tan esperadas vacaciones, planificadas con la intención de pasar un rato agradable entre amigos y compañeros de clase, en ese viaje la palabra diversión adquirió un nuevo significado total y completamente paralelo al conocido, el juego y la felicidad se convirtieron en muerte y dolor, ¿por qué teniendo una vida y un futuro que seguir, la muerte nos abraza con el mas sádico y vil final?, siempre había imaginado que moriría en una cama con miles de arrugas marcando mi edad, ya tenía claro que de la muerte no había escapatoria, la isla tenia sed de sangre y los desafortunados viajeros se convirtieron en la presa perfecta para la bestia.