domingo, 12 de septiembre de 2010

Liberación de la Quimera

Me dirigí hacia el bosque, camino al río, el frío era desastroso, podía sentir cómo mis labios se quebraban y mi quijada temblaba, mi mirada no contemplaba nada más que miles de pinos iguales rodeados de una espesa y fría nieve, saqué de mi bolso el afiche y busque algún mapa que me llevase hacia el supuesto río, pero no había nada referente a él, solo había caminado unos minutos y parecía que hubiese estado caminado por horas, las piernas no me daban, por suerte pude escuchar la voz de Katherine y di unos cuantos paso más y ya los tenía a todos frente a mí,
-¡¡¡Dami viniste!!! Ven el agua esta cálida – me grito Ashley desde el agua.
Lo que me pareció extraño era que solo se estaba bañando Ashley,
-¿Por qué no se han metido al agua? – le pregunte a Robbie.
-Mete la mano en el agua, Ash está loca – me respondió algo alterado.
Me acerqué al río y metí la mano en el agua, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, la mano se me adormeció, el agua estaba casi congelada, rápidamente le pedí a Ashley que saliera fuera del agua, parecía estar a gusto, como si no le afectase de alguna manera el frío, la tomé de la mano y la saqué del agua, de inmediato le pedí que se secara y que nos devolviéramos a la cabaña para que se calentara frente a la fogata, cuando dimos media vuelta todo estaba cambiado , de pronto aquel bosque había dado un cambio total, parecía que habíamos viajado al corazón del bosque.
.¿Estamos perdidos, verdad? - pregunto rápidamente Katherine.
-No, sólo hay que caminar hacia el frente por allí vine yo – le respondí con expresión dudosa.
Caminamos por veinte minutos hacia la dirección que yo había señalado, era claro que estábamos perdidos, dimos unos pasos más y de pronto llegamos a un campo abierto, parecía que los árboles nunca hubiesen tocado aquella tierra, los árboles estaban ubicados de forma circular dejando ese enorme espacio erial, Ashley se quedé estupefacta, parecía hipnotizada, podía ver cómo caminaba lentamente hasta llegar al centro de aquel campo vació,
-Ash, ¿Qué te pasa? - Le pregunté algo asustado,
<>- pensé.
No me respondió, de pronto Katherine le pidió a Robbie que la sacara de allí, tenía miedo, eso era obvio, quizás porque yo también lo tenía, un silencio se tragó al bosque, las nubes se volvieron oscuras y empezó a nevar, Katherine empezó a llorar, podía sentir el temor que ella tenía en ese momento, era algo espeluznante era una extraña sensación, podía sentir cómo la muerte nos marcaba uno por uno, Ashley nos miró y de pronto empezó a levitar, una lágrima cayó en el suelo, era mía yo había empezado a llorar sin darme cuenta, aquello era algo fuera de este mundo, y de pronto una luz enorme de color gris plateado iluminó frente a ella
-¡¡¡Vamos Robbie!!! Corran, corran -les grite con fuerza a Robbie y Katherine.
Ellos venían tras de mí y de pronto miré hacia atrás
-Sigan corriendo – les grité nuevamente.
Yo me detuve a ver lo que ocurría. Pude ver como una caja de luz de un tamaño enorme estaba justo frente a Ashley y como si fuese una pesadilla aquella caja dejó salir a una criatura espeluznante, la cual miró hacia mí, me quedé petrificado, Ashley cayó al suelo y me miró, rápidamente sentí como algo jalaba de mi brazo, era Robbie.
-¡¡¡Vamos marico corre!!! - me pidió asustado.
Yo corrí lo más rápido posible, en un abrir y cerrar de ojos estábamos frente a las cabañas, asustados empezamos a decirles a todos que corrieran, que había un demonio en el bosque, todos se habían alarmado.
-¿Dónde está Johnny? – pregunto la profesora.
-El dijo que se regresaría a la cabaña justo cuando llegamos al río – respondió Katherine.
Lo que más me había preocupado era que en la cabaña sólo estaban Magenta, Aurora, Alice, Nick, la Prof. Luz y Agatha
-¿Dónde están los demás? – pregunté asustado.
-No han llegado del bosque – me respondió Magenta.
-¿Y Ashley? – Preguntó la profesora.
-Creo que está muerta – respondí con temor.
-¿Pueden madurar?, no sean tan estúpidos, ¿un demonio?, ¿no se les pudo ocurrir nada mejor? – Grito Cristal con algo de temor.
-Están locos de verdad, ¿cómo pueden esperar que nos creamos eso? – dijo Aurora, con tono burlón.
De pronto entre los árboles de aquel bosque un grito hizo eco, era la voz de Theler
Aterrados todos se miraban las caras, rápidamente la profesora Luz corrió hacia aquel bosque
-¡¡¡No!!! Por favor, regrese- grité asustado.
-Profesora creo que no es buena idea que vaya hacia allá – le advirtió Agatha.
-Mis alumnos están bajo mi responsabilidad, no se muevan de aquí – nos pidió mientras se adentraba en aquel oscuro lugar.
Aurora convertida en su sombra fue tras ella,
-¡¡¡Aurora!!! La Prof. Nos pidió que nos quedáramos aquí – le grito alterada Magenta.
Ella lo ignoró por completo, de pronto se escuchó otro grito, esta vez era de Johnny, asustadas, Agatha, Cristal y Magenta corrieron hacia la cabaña.
Rápidamente corrimos Robbie y yo hacia aquel bosque, Katherine corrió hacia la cabaña, cuando nos adentramos en el bosque había una niebla oscura entre los árboles, seguimos corriendo en busca de la profesora, él iba delante de mí, en un abrir y cerrar de ojos ya no lo podía ver, me asusté.
_¡¡¡Robbie!!! -traté de gritar, los nervios no me dejaban.
Miré hacia atrás y no había señal alguna de las cabañas, me di la vuelta y corrí lo más rápido que pude, nuevamente cerré y abrí los ojos y caí en el suelo de un tropezón, alcé la mirada y allí estaba la cabaña, escuché un grito en la cabaña de las chicas, corrí hacia ella lo más rápido que pude, abrí la puerta y sobre aquel techo había una criatura monstruosa de tres cabezas, pude reconocerla, era sin duda la Quimera la criatura que aparecía en mi libro, aquella de la que me habló la vieja bruja en la biblioteca, era una especia de mezcla entre una serpiente, cabra y león, rápidamente salto hacia nosotros, Agatha alzó la mano con fuerza a punto hacia la bestia y pude sentir cómo el tiempo hacia juego con nosotros, todo se quedó en un silencio total, una luz de color amarilla se desprendió de la mano de Agatha era algo mágico, rápidamente disparó como un rayo a la espeluznante criatura fuera de la habitación, todos se habían asustado, Katherine corrió hacia la puerta y salto rápido fuera de la cabaña, allí estaba Robbie parecía como si le hubiesen intentado arrancar el corazón , su sangre caía como un río sobre la nieve, nos miró y cayó sobre el suelo, aquella mirada nos decía algo, quizás era una despedida, vi como sus ojos perdieron el brillo de la vida
-¡¡¡Robbie!!! – Grito desesperada Katherine, mientras corría hacia el.
-¡¡¡Nooo!!! -Le grité.
De pronto la bestia cayó sobre ellos como una flecha y les destrozó todo el cuerpo, parecía como si fuesen muñecos, sus restos en pedazos caía por doquier, nuestros rostros estaban salpicados de sangre, la Quimera volteo y miró con sus seis ojos nuestras caras, con un chillido se dirigió hacia nosotros a gran velocidad, Cristal alzo ambas manos y arqueo las rodillas, una especie de burbuja de un azul celeste nos rodeó, la criatura golpeó rápidamente contra ella como si fuese una especie de pared invisible, podía ver cómo Cristal sangraba por la nariz, Magenta se asustó a tal punto que empezó a llorar en silencio, sus lágrimas corrían sobre su rostro rápidamente
-Damián no me dejes – me pidió. Yo estaba tan asustado como ella, con tan sólo ver morir a Robbie y Katherine frente a mí, me impresionó enormemente, Cristal tomó mi mano y me dijo que corriera, que no podría detener a la criatura por mucho, de un empujón envió a la criatura unos pasos atrás, mientras corríamos, Cristal venía tras de nosotros, la Quimera se había puesto de pie y corrió rápidamente hacia nosotros,
-¡¡¡Cristal!!! - Gritó magenta.
La Quimera había saltado sobre ella, la tomó por los pies, y mordió su cabeza como cascanueces a la nuez, pude sentir cómo gritaba, tomé la mano de Magenta y corrí lo más rápido posible, mire tras de mí y vi cómo había quebrado el cráneo en pedazos, se entretenía como un perro con un juguete, sentía como se rompían los huesos de Cristal, Magenta gritó de una forma desgarradora al ver cómo había quedado nuestra amiga, seguimos corriendo hasta que los pies no daban mas , caímos en la nieve, nos escondimos tras unos árboles caídos que formaban una especie de presa, allí permanecimos por unos minutos, el temor era un tormento, podía ver a Magenta llorando, me puse de pie.
-Magenta vamos sigamos corriendo hay que salir de aquí – le pedí con temor.
-Ella asintió con la cabeza - se colocó torpemente de pie.
Corría junto a ella lo más rápido posible, tomé su mano esperando nunca separarme de ella, entre los árboles pude ver el río donde habían estado jugando mis amigos, Magenta dio a conocer un grito espeluznante, aquel río estaba de un color rojo vivo, era obvio que sus cristalinas aguas se habían teñido con sangre, a la orilla de aquel río pude ver un cuerpo, era el cuerpo de Theler y el de Johnny totalmente mutilados, Magenta cerró sus ojos y se dio la vuelta, me había asustado de tal manera que una vez más tomé la mano de Magenta con fuerza.
-Vamos sigamos, hay que buscar ayuda -le supliqué.
Pudimos escuchar un ruido aterrador, estábamos claros que aquella criatura venía rápidamente tras nosotros, Magenta asustada corrió por la orilla del río rojo, podía sentir como apretaba fuertemente mi mano, fuimos subiendo a través del río, hasta llegar a un punto donde el color rojo era casi negro, podía percibir un olor a sangre, parecía una carnicería, pude ver numerosos cadáveres en el agua y fuera de ella, mi cuerpo se paralizaba poco a poco, podía sentir cómo las manos de Magenta se enfriaban de tal manera que llegué a pensar que se estaba congelando, tenía miedo lo admito, no sabía cómo actuar en ese momento, seguí caminado Magenta señalo una caverna a lo lejos, caminamos en dirección hacia ella, en un abrir y cerrar de ojos estaba en la boca de la montaña, la caverna era oscura.
-Magenta crees que puedes hacer lo que hiciste en la cabaña, usa tus poderes – le supliqué.
-¿Quieres que intente crear luz? – Me preguntó.
-Sí – le respondí con algo de emoción.
De pronto en un intento, colocó las manos en el aire y pude sentir cómo el lugar se llenaba de energía, parecían pequeñas corrientes de luz que provenían de miles de cosas a nuestro alrededor, pasaban a través de mí y llegaban a un punto en las manos de Magenta, era algo hermoso presenciar semejante fenómeno mágico.
<<¡¡¡Detenla!!!>> Algo gritó en mi cabeza, trataba de decirme algo parecía asustada aquella voz, sin pensarlo dos veces bajé los brazos de Magenta.
-¿Qué ocurre? – me preguntó algo enojada.
-Algo me dice que no deberías de usar tus poderes – le respondí preocupado.
-Tengo increíbles poderes que nunca había imaginado, ¿y me niegas que no los use? – Me respondió con la voz alterada.
De pronto se puso de pie y miro hacia el bosque, dio un paso y se desplomó como una columna de hielo
-¿Magenta estás bien? – le pregunte mientras la colocaba suavemente entre mis brazos, estaba helada, parecía una muñeca de porcelana.
-Tengo miedo, no quiero morir como mis amigos, me siento mal por todos, acabo de perder a Cristal, no sé qué hacer, quiero ir a casa – me respondió llorando.
Suspiré, no sabía qué decirle, pensaba con qué cara vería a los padres de mis compañeros cuando tenga que decirles que del viaje sólo sobrevivimos magenta y yo, ciertamente morir en aquel bosque era una mejor forma de escapar en comparación de enfrentar a los padres de mis amigos, miré el rostro de Magenta y contemplé sus llorosos ojos… era triste que aquella radiante sonrisa se haya convertido en llanto, nunca antes la había visto llorar, y hubiese preferido no verla así nunca, caímos juntos sobre la fría y blanca nieve, podía escuchar el latir de su corazón, su respiración era cálida, sentir el suave aliento de tan soñado amor era maravilloso, me hacia olvidar la oscura realidad que vivía en el momento, mire una vez más su rostro, ya se había dormido, cerré los ojos y pude sentir cómo todo a mí alrededor desaparecía…
… Al despertar pude ver que Magenta no estaba a mi lado, me asusté, rápidamente mire a mi alrededor no la hallaba por ningún lado, me puse de pie y corrí fuera de la caverna
-¡¡¡Magenta!!! – la llamaba a todo pulmón.
-Maldita sea, siempre yo y mi sueño pesado, no debe de haber cerrado los ojos ni un minuto.

4 comentarios:

  1. este es uno de los capítulos mas largos de QUIMERA, espero y les guste, tardare un poco en subir el próximo capitulo, el motivo de esto es que ya esta llegando el final de esta historia no quisiera que fuese tan corta pero pss...restan unos 2 capítulos, tengo planeado una segunda parte pero aun no esta terminada, saludos GABRIEL REYES ...

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  2. O__O Me encanto el capi!!
    Ahh no qiero qe se acabee!!

    Bueh pasate por el mio!
    cuidate!!

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  3. Ya se acabaaa??
    Mmm.. que mal!

    Me fascina tu blog!
    Es muy interesante!
    Tienes mucho talento para escribir!

    No quiero que termine tan pronto!

    Pero tampoco tardes tanto! Ya que se pone interesante! hahaa

    Poniendo atencion a tu blog.. me di cuenta de una partesita donde hay un error! me gustaria decirtelo.. aki esta mi Msn.. yerita_ramirez@hotmail.com si kieres mi agregas!

    Sigue asi!

    Cuidate

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  4. aff, guao!!!

    que bien, jajaja me conseguiste un error, me muero por saber cual es...vale ya te agregue el msn...espero hablar un rato con tigo....

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