jueves, 9 de septiembre de 2010

Llegada Al Infierno Blanco

Abrí los ojos cuando escuché los escandalosos comentarios de mis compañeros, a mi lado estaba Ashley, mire a través de la ventana del avión y pude ver a través de las densas nubes una luna nueva de color blanco
-Ash mira la isla, no es nada tropical – le dije impresionado.
-¡¡¡Guaoo!!! No veo nada verde en ella – me dijo extrañada.
El avión había dado la vuelta para aterrizar, se podía sentir un ligero cosquilleo en el estómago cuando descendía, al final todos se encontraban aplaudiendo, el avión ya había tocado tierra, habíamos comprado comida en el aeropuerto y comimos en el avión, así que al llegar a la isla nadie pensaba en comer. El avión era pequeño a tal punto que nosotros éramos los únicos veinte pasajeros, ya habían abierto las puertas. Al aproximarnos a la salida nos abrazó un fuerte frío, se sentía una presencia de muerte en el ambiente, fuera del avión todo aquel paisaje era de un color blanco, parecía que la naturaleza había olvidado darle color alguno a esa isla, por suerte el mal tiempo en Venezuela nos obligó a trae abrigos, con los abrigos protegiéndonos de los fríos brazos del aire, todos se dirigían camino a los taxis, entre todos incluyendo a la Prof. Luz habíamos pagado cinco taxis para que nos llevara a los veinte alumnos a las cabañas donde nos hospedaríamos, fuera del aeropuerto no había señal alguna de civilización, sentía como si me hubiese muerto, aquel paisaje muerto te absorbía, la carretera de un color negro húmedo y brillante rodeada de un bosque de pinos deshojados le daban una triste y desolada apariencia a la isla.
El viaje en carretera a la cabaña de hospedaje parecía ser infinito, estábamos a tres horas en carro a la civilización más cercana y quizás la única en la isla, cuando parecía que nunca llegaríamos allí estaba la cabaña, con su frío aire y apariencia abandonada, todos se habían sorprendido por lo solas que se encontraban las cabañas, ya los taxis se habían ido, eran las 10:24 PM a pesar de lo oscuro que se encontraba el bosque, las cabañas tenían luz, era escasa pero no me quejaba, entre las sombras de una esquina salió un viejo con bastón
-¿Qué hacen aquí? - Preguntó alterado aquel viejo con cara de muerto.
-Buscamos dónde hospedarnos – le hizo saber la profe Luz.
Aquel viejo miro a la Prof. con un rostro frío y molesto.
Luego el viejo miró lentamente nuestros rostros y dejó la mirada paralizada en Ashley, algo había visto en ella que lo aterro, rápidamente le dijo a Ash en voz baja.
-No creo que tú debas de estar en esta isla, no eres bienvenida.
-¿Qué diablos le pasa? El mundo es libre, voy y me quedo en donde yo quiera - le respondió ofendida Ashley.
Luego en cuestión de segundos el depravado viejo le dio las llaves de las cabañas a la profesora Luz, todos se quedaron algo intrigados con la forma de actuar de aquel viejo. Así todos fueron pasando a los cuartos, al final estábamos ubicados en 2 cabañas para las mujeres incluyendo a la Prof. Luz, cada una con seis mujeres y una cabaña para seis hombres, con el cansancio que teníamos por las ocho horas del viaje, todos nos fuimos a dormir, así paso la noche.

En la mañana siguiente estaba todo tranquilo, abrí los ojos y mire a mí alrededor, sólo estaba Nick sobre su cama.
-Nick, Nick, perro, abre los ojos – le gritaba.
-¿Qué?, ¿Qué pasa? – me preguntó.
-¿Dónde están todos? – le pregunté.
Rápidamente Nick se puso de pie, miró a su alrededor y se apresuró a vestirse.
-Deben de estar comiendo, muévete – me dijo apurado.
Apresuradamente me vestí y salimos corriendo de la cabaña. Afuera estaba Robbie jugando con nieve junto a Katherine, se notaba que había algo entre ellos, se podía decir que eran novios.
-Buenos días – les saludé.
-Hola Damián - me saludaron al mismo tiempo, casi ensayado.
-Damián – me llamó Johnny un compañero de clases, alto, delgado, de piel clara y con cabello castaño a nivel de los ojos.
-¿Qué pasa? Le pregunté.
-Mejor tú y Nick se apresuran en la cocina están desayunado.
Rápidamente corrimos hacia la cocina, estaban casi todos comiendo, le pregunté a la profesora Luz algo sorprendido:
-¿Profesora de dónde sacaron esta comida?
-Estaba en el refrigerador – me respondió alegremente.
Después de desayunar tenía un frío enorme, me preguntaba de dónde sacarían esos abrigos, ¿sería yo el único que no sabía que la isla era un desierto de hielo?, de pronto Johnny me arrojó algo a la cara.
-¿Qué es esto? – pregunte.
-Se le llama abrigo – me respondió sarcásticamente.
-Sí yo sé que es un abrigo, ¿Pero de dónde los sacaste? – le pregunte.
-Estaban en los armarios, todas las cabañas los tienen – me respondió.
Por un lado era genial que hubiese abrigos para todos, nadie esperaba conseguirse con nieve y frío en lugar de playa y sol, de pronto la profesora nos llamó a todos, nos habíamos reunidos afuera de las cabañas en una mesa de campo, la profesora nos dijo preocupada, que el viejo que nos había dado las llaves la noche anterior no estaba por ningún lado, lo había buscado por todos lados, parecía que la tierra se lo había tragado. Las Estrellas empezaron a quejarse, al parecer los celulares no tenían cobertura en aquel desolado lugar, estábamos a tres horas en carro a la civilización, y el mayor problema, no había carro alguno en aquel lugar.
Todos estaban algo preocupados, con excepción de Theler, un chico de baja estatura, cabello liso algo alborotado, piel morena clara y una personalidad digamos que le cae mal a cualquiera, según él, el viejo no estaba desaparecido, estaba lo más seguro en el bosque, dicho esto se encamino hacia el frío y solitario bosque, la profesora Luz le insistió que se quedara e intentó detenerlo, pero el estúpido de Theler se dio media vuelta y siguió en dirección al bosque, con odiosidad Joel un chico, bajo algo robusto, ojos achinados y cabello negro alborotado le pidió a la profesora
-Déjelo profesora, quizás un oso lo devore…
Todos se quedaron mirando a Joel algo frustrados.
Yo me sentí algo intrigado por la decisión de Theler, sabía que por alguna razón no era buena idea, además tenía en mente las malditas palabras de Joel “quizás un oso lo devore”
-¡¡¡Damián!!! - me llamo Ashley.
-Dime Ash – le respondí.
-En el folleto de viaje dice que hay un río, con un misterio fascinante, al parecer nadie le ha encontrado aun el lugar de origen ni de donde provienen sus aguas.
-¿De verdad? – Le pregunté impresionado.
-Vamos a salir un grupo a buscarlo ¿Quieres venir? – Me pidió con entusiasmo - no creo Ash, tengo que ayudar a la profesora Luz y a Aurora a organizar unas cosas, luego quizás te alcancé – le comenté.
-Bueno vale, nosotros ya vamos a salir – me dijo con cara de desilusión.
-Oye Ash, ten cuidado, no se alejen mucho del campamento – le advertí.
Ellos iban camino al bosque y yo me regresaba a la cabaña, en realidad no tenía nada qué hacer, solo quería tener un tiempo a solas para leer el libro que la vieja bruja me había obsequiado, enseguida me acosté sobre mi cama, saqué el libro de mi bolso. De pronto como un fantasma apareció en la puerta Agatha, del susto tiré el libro al piso.
-¿Qué pasa, estás nervioso? – me preguntó Agatha.
-No para nada – le respondí.
-¿Qué, acaso eso es una porno? – me preguntó con una cara de asco.
-No para nada – enseguida le hice saber.
-Ok está bien – me respondió.
-¿Y qué es lo que buscas? – le pregunté.
-Nada, sólo pasaba a ver si había alguien más aquí todas las chicas se fueron al bosque – me comentó.
-¡¡¡Guaoo!!! Parece que ese bosque atrae a las personas como un imán – le comenté.
-Sí, en el campamento sólo están Magenta, Aurora, Alice, Nick, la Prof. Luz tú y yo - me dijo con una cara fatigada.
Guardé el libro en un pequeño bolso impermeable y lo cargué en mi hombro, Salí fuera de la cabaña y miré a mí alrededor, todos estaban hablando con la profesora Luz, parecía todo normal, dejé a Agatha junto al grupo y la profesora,...

2 comentarios:

  1. Holaa Me gustoo el capii,, y muchas gracias por el consejo lo tomare en cuenta, y sii me falta experiencia apenas estoy comenzando :D

    Bueno espero el otro capi esta muy interesante la Historia!!

    Bye :D

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  2. grax...me alegra tener tu apoyo...saludos

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